sábado, 12 de noviembre de 2011

Primera experiencia en la sala de grabación



Me mola. Bastante. Fue muy precipitado, tal vez, bajar a grabar sin tener apenas el guión preparado, pero todo lo salvan un par de guarradas en el dialogo, efectos de sonido y una buena sintonía de cabecera. Nada, ni los efectos sonoros ni mi espontanea  ocurrencia, casi imposición, de colocar “Bajo el sol” de Melopea como cabecera y cierre tuvieron éxito. Yo hacía el papel de presentadora, no dejaré el guión abajo por verguenza a evidenciar este talante deficiente que me corresponde, pero dejaré escrito que el tema del día eran los pelos de mis sobacos moras. Desde bien guacha siempre he tenido una tendencia a la espantajería y a la mamarrachez. Profe-radio-hombre (prometo encargarme de averiguar su nombre, seguro) hizo repaso del asunto “mesa-comandos”, muy astuto aunque él mismo se encargaría del control de la mesa en nuestra puesta en escena, tal vez nuestro técnico fuera un completo inutil como sería mi caso si estuviera en su lugar, no lo sé, yo estaba dentro de “la pecera” inmersa en una hiperestimulación encefalocreativa que describiré ahora después de acabar esta frase interminable por dios. Respira.  Primeras impresiones: QUE DIVERTIDO, qué nervios ni qué tonterías, entrar a la cabina y pasar a otro mundo, me empezaron a pasar por la cabeza mil historias que se podrían hacer en aquella sala, con esa mesa engereoglificada, un par de cascos y de micrófonos, ¡ay! no cabía en mí la excitación. Los cascos tocan tus orejas y eres el personaje que desees, EL QUE QUIERAS ¡la mentira a tu servicio y servidumbre! y mentir, método de invención, de creación, es el acto productor más repleto de posibilidades que conozco. Estimulante es la palabra concepto de ésta bajada al estudio. 

Hubiera quedado tan imbécil y hortera ... <3

Es un grupo de mi tierruca cántabra que tuvo su éxito en las grans manzanas de los EEUU, aquí no.



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